San Juan Crisóstomo 347 - 407

San Juan Crisóstomo 347 - 407

Personalidad destacada del cristianismo, Su gran padre Iglesia, Maestro Ecuménico y uno de los Tres Jerarcas, junto con Basilio el Grande y Gregorio el Teólogo.

La Iglesia lo nombró Crisóstomo por la belleza de sus palabras, mientras que por su habilidad retórica fue nombrado "Demóstenes del cristianismo".

Juan nació en Antioquía (actual Antakya, Turquía) en 347.

Su padre lo dejó huérfano a una edad temprana y fue criado con el cuidado de la madre de Anthousa.

Estudió retórica cerca del famoso maestro de la época Livanios. Junto a su querido amigo Mega Vassilios

Su maestro lo valoraba tanto por su inteligencia y habilidad retórica que dijo que lo dejaría como su sucesor en la escuela si los cristianos no lo hubieran convencido.

Después de completar sus estudios, regresó a Antioquía y se retiró al desierto durante cinco años, donde practicó la oración y el estudio de la Biblia.

Sin embargo, enfermó y regresó a Antioquía, donde fue ordenado diácono en el 381 d.C. (34 años) por el Arzobispo de Antioch Meletios.

Posteriormente por el sucesor de Meletios Flavianos, anciano a los 40 años.

Durante su ministerio sacerdotal desarrolló todos sus dones mentales, un fervor divino ardiente y una elocuencia sin precedentes en sus sermones.

Conmocionó a las multitudes de Antioquía y conmovió profundamente sus almas.

Su fama alcanzó a la reina y así, el 15 de diciembre de 397 d.C., con el voto conjunto del rey Arkadi y el clero, se convirtió en Patriarca de Constantinopla, algo que nunca buscó.

Desde esta posición, San Crisóstomo, entre otros, fue un asceta estricto y un intérprete diligente de la Biblia, como se puede ver en sus muchos escritos (sobrevivieron alrededor de 804 de sus discursos).

La obra de Crisóstomo es también la Divina Liturgia, que realizamos casi todos los domingos, con pocas conversiones desde entonces.

La antorcha de tu boca brilló con gracia, iluminó el universo, depositó tesoros del mundo, se indicó el colmo de la humildad. Pero en palabras de los educadores, Padre, Juan Crisóstomo, aboga por la Palabra de Cristo de Dios, salva nuestras almas.

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