El Decálogo de la Oración 1 ′

El Decálogo de la Oración 1 ′

Quien tiene razon camino ¿oración? Cómo oramos, para llegar a Dios?

Sigue el Decálogo de la oración correcta. También se le llama Decálogo de la Oración Divina.

  1. El tiempo es sagrado. Es un regalo de Dios al hombre. Debemos santificar este tiempo todos los días con la oración. Glorifiquemos a la Santísima Trinidad y pidamos la ayuda de nuestro Dios Salvador, el Señor Jesucristo.
  2. La oración es diálogo y comunicación con el Dios vivo. Debemos tener una actitud reverente del Cuerpo, un espíritu de toda la noche y una conciencia profunda de lo que estamos leyendo y diciendo en ese momento a nuestro Señor Jesucristo.
  3. La oración requiere concentración y devoción, pero muchas veces durante la oración pensamos en otras cosas. Podemos vencer eso. Antes de comenzar la oración, si leemos las palabras de un anciano o un texto del Nuevo Testamento, poco a poco nuestra mente viene a la búsqueda espiritual. Entonces leemos la Oración más concentrados. Piensas que leer un texto espiritual es como calentar nuestra mente y corazón para recibir la oración a Nuestro Señor Jesucristo.
  4. Siempre nos aseguramos de que nuestras mentes estén involucradas en la oración. No leemos simple y mecánicamente. Tratamos de mantener nuestra Mente en Cristo, sin importar cuán cansados ​​o afectados estemos. Si no sentimos que hemos participado en la Oración podemos repetirla.
  5. Lo más importante es hacer correctamente la punta de la Cruz. Es el símbolo de la Victoria de Nuestro Señor Jesucristo.
  6. La oración se hace a diario, no solo cuando tenemos necesidad y queremos la Ayuda de Nuestro Señor Jesucristo. Todos los días cantamos las Tropariones Trinitarias para la gloria de la Santísima Trinidad, Homosa e Indivisible. Damos gracias a Cristo por su misericordia y la Santísima Trinidad. El único Dios Verdadero.
  7. Cuando oramos es necesario estar enamorado del alma y la humildad. Oramos conociendo nuestros pecados, que pesan sobre nuestra conciencia, y le pedimos al Señor que tenga misericordia de nosotros y nos conceda el perdón de los pecados. No flotamos entre nuestras emociones, no nos quejamos y no criticamos a los demás, como hacían los fariseos.
  8. Oramos fervientemente porque queremos. La oración no es un quehacer, no es un deber que hacemos aburridos, no nos apresuramos ya que no hacemos procesamiento. La oración se hace con Amor en el alma, porque queremos (sed) hablar con Cristo y agradecerle o pedirle su ayuda.
  9. Para la oración debemos asegurar el espacio y el tiempo adecuados. Encontramos el tiempo suficiente para no tener prisa, buscamos un lugar tranquilo para no ser molestados y nos aseguramos de tener un pequeño iconostasio con Iconos Sagrados, una vela encendida, quema de incienso y una vela.
  10. La oración se practica como un arte en constante perfeccionamiento. No descuidamos la Oración. No posponemos la Oración con excusas. Programamos la Oración a una hora específica, para que sea un hábito e insistimos en cumplir con los tiempos que hemos establecido. NO OLVIDES que cada vez que queremos orar, el maligno pone obstáculos en su camino. Debemos resistir y seguir orando. Los Padres dicen que la lucha espiritual con la Oración continúa hasta nuestro último aliento.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Και νυν και αεί και εις τους αιώνας των αιώνων Αμήν.

El Decálogo de la Oración, oración de medianoche,
oración de la madrugada,
la oración del gusano,
el orador,
la oración de San Kyprian,